Cuaderno de bitácora: hace un par de meses, con el barco atracado en puerto, nos pusimos a ordenar los camarotes, y entre la montaña de viejos papeles que sacamos de los polvorientos armarios, apareció una doble página del Diario Córdoba, con fecha del 30 de diciembre de 2005, llena de sudokus para resolver durante las vacaciones de Navidad de aquel año.
Creo recordar que fue Antonio, un compañero oficial matenavegante, el que tras las fiestas navideñas, al reencontrarnos en el Barco Escuela, me tendió la doble página con la amable frase: "mira, el periódico traía estas páginas, me he acordado de tí que sé que te gustan los sudokus, aquí las tienes..."
No puedo negar que los sudokus me agradan mucho, aunque comparto su afición con los kakuros, nurikabes, puzzles japoneses y en general cualquier pasatiempo medianamente entretenido, incluyendo los clásicos crucigramas y autodefinidos. Aparte de la lectura, la escritura, las películas, etc., los pasatiempos me sirven para rellenar los numerosos ratos de ocio en las largas travesías por los mateocéanos.
Cuando Antonio me dio aquella doble página, hace ya casi cuatro años, escribí algunos números en algún que otro sudoku, sin terminar ninguno, y luego guardé el papel en cierto lugar del camarote, y allí se ha quedado, esperando pacientemente la ocasión de volver a salir a la luz, lo que ocurrió por fin cuando este verano me puse a ordenar y limpiar.
El espacio en la doble página se había aprovechado muy bien: en total venían en ella veinticinco sudokus, de los cuales, dieciocho eran sudokus normales, había tres sudokus más sencillos, uno de 4x4 y otros dos de 6x6, también un sudoku monstruo de 16x16, y tres sudokus irregulares (que en el diario se llamaban sudokus estrella, quizás aludiendo a los adornos navideños).
Los sudokus irregulares son como los normales, salvo que en lugar de estar organizados en cuadrados 3x3, están dividido en nueve zonas de nueve números cada una, pero las zonas no suelen ser cuadradas, sino que son figuras irregulares, de ahí el nombre.
En los largos días de verano, mecido suavemente por las olas que venían a descansar al puerto, aprovechando la ocasión de aquel hallazgo, me dediqué a resolver, uno por uno, todos los pasatiempos. Había sudokus más sencillos, otros de nivel medio, y otros más difíciles. El sudoku monstruo 16x16 fue especialmente laborioso, pues se debían tener en cuenta, además de los dígitos del 1 al 9 habituales, el 0 y las letras A, B, C, D, E, F. Dos de los sudokus irregulares salieron sin problemas. Pero el tercer sudoku irregular se resistió enormemente a ser solucionado.
Lo intenté en varias ocasiones, pero al principio, ante la imposibilidad de encontrar razonamientos que me condujeran a sacar los números, lo iba posponiendo, hasta que se me quedó en último lugar. Todos los demás sudokus estaban ya terminados y sólo éste permanecía invicto, desafiante. Le di muchas vueltas, y poco a poco, día tras día, empezó a ceder. Un día lograba poner un nuevo número. Al día siguiente, otro número, y así, casi a dígito por día, logré avanzar, como piloto que guía su navío con extrema lentitud y cuidado por un estrecho marino sembrado de escollos. Finalmente, se consiguió. El sudoku fue resuelto.
Siempre que logramos resolver un problema difícil, ocurre que nuestra mente encuentra nuevos razonamientos, nuevos senderos lógicos, nuevas tesis e implicaciones. Así ocurrió también en la solución de este sudoku. A pesar de haber resuelto muchos, hemos descubierto algunas elaboradas relaciones entre los números de la cuadrícula que no son evidentes a simple vista, sino que aparecen después de reflexionar un día tras otro sobre los mismos números, las mismas filas, las mismas columnas, las mismas zonas.
A continuación incluyo el sudoku protagonista de esta aventura. Invito a todos los matenavegantes a que intenten resolverlo, pero quedan advertidos de su dificultad. Es posible que alguno descubra un camino corto para solucionarlo, un atajo que se me haya pasado inadvertido, lo cual no dejaría de ser una sorpresa muy agradable.
Es curioso que las casillas sombreadas de este sudoku, formadas por cinco zonas, la central y las de las esquinas, tengan, precisamente, la forma de una X, la clásica incógnita matemática. Por eso hemos bautizado a este sudoku con el misterioso nombre de Sudoku X.
Esta es la Solución al Sudoku X
Esta es la Solución al Sudoku X
2 comentarios:
¡ Hola !
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Saludos
¿Online cómo cambio de números a letras en sudoku 16*16? Lo intenté y no encuentro la forma de marcar las letras. Gracias
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